Doña Nico y Don Luis
Nicolasa Teodora Zárate Blanco y Serafín Luis López Juárez; o Nico y Luis, como se apodan de cariño, son esposos y equipo de trabajo y desde hace muchos años se dedican a la alfarería.
"Yo saco el barro y hago las piezas, él las cala y las pone a cocer porque como el trabajo del barro es duro, yo tengo mucha fuerza y a la hora de decorar aplasto las piezas" nos dice Doña Nico con una sonrisa en la cara.
Su técnica es algo especial y consiste de muchos pasos, desde ir al arroyo a conseguir las materias primas para su barro hasta cocer las piezas y exhibirlas para los compradores; pasando por el secado del barro y el moldeado de las piezas. Finalmente, y es algo que caracteriza su trabajo, "pintan" las piezas con el mismo barro, ya que a la hora de cocerlo, este paso añade a sus piezas un color crudo que deja ver en los calados el marrón característico del barro de la población.
Doña Nico sabe alfarería desde que tenía 10 años, cuando hizo su primera pieza: un jarrón pequeño que comenta, es el más simple y con el que se incluye a los niños en la tradición familiar. Mientras tanto, su pieza favorita es el jarrón redondo porque ya no hay muchas personas que lo hagan, pues su forma suele aplastarse por ser tan redonda.
Esta maestra artesana nos comenta como lo que más se ha perdido entre los artesanos de su rubro es el uso de la materia prima local, pues creen que el barro de otras comunidades es más resistente, por lo que los artesanos lo compran y posteriormente hacen sus piezas. "Yo también por un tiempo creí que ese barro era mejor, pero después me pregunté 'si los abuelos han hecho esto durante tanto tiempo, ¿por qué ahora voy a decir que no es bueno?' y entonces decidí volver a recolectar el barro tradicional, y me di cuenta que es incluso más resistente que otros por la temperatura a la que lo cocemos, entonces el error no estaba en la materia prima, sino en la técnica que utilizan mis compañeros"
Es así como Doña Nico encontró la forma de hacer un horno moderno dentro de su casa y trabajar ahí sus piezas. Sin embargo, dado que el horno es tan grande, tienen que meter de 8 a 10 piezas en él para que les "salga el costo" del combustible, por lo que tardan aproximadamente un mes en ver los frutos de su trabajo, pues tienen que elaborar las piezas suficientes antes de meterlas a cocer. Esto, lamentablemente, no se toma en cuenta en los costos que incluyen dentro del precio.